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LA TRISTEZA DEL CARRO Y LA ALEGRÍA DEL HENO

¿Nos hemos parado a pensar que la Navidad puede tener un efecto sedante al ser un remanso de Paz? 

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¿Nos hemos parado a pensar que la Navidad puede tener un efecto sedante al ser un remanso de Paz? El día es más breve; y el frío, la lluvia o la nieve, el viento nos invitan a la intimidad del hogar, si por hogar entendemos el fogar o lugar donde se prende el fuego, tanto el real, como el fuego del amor que debe reinar en una casa.

Además la Naturaleza o la Ciudad parecen seguir el mismo compás, como si se apagaran o invernaran en la paz esperando el ritmo bullicioso y fecundo de la primavera.

Y por eso, llama la atención que, en vez de paz, la gente experimente al final del año un sentimiento contrario, cual es el de la tristeza, nada acorde con la llegada de la Navidad. Así lo certifica el Dr. Blas Sergio de Hinojosa (Presidente de la Asociación de Salud Mental de Jalisco, México):

mucha gente experimenta mayor tristeza en esta época del año porque las expectativas sobre los aspectos materiales son muy altas.

 Dr. Blas Sergio de Hinojosa

El error viene de que "lo material se relaciona o se vincula de manera errónea con el éxito en esta sociedad". Por ejemplo: la falsa expectativa de recibir regalos caros "o el hecho de que no te inviten a diferentes lugares o fiestas, eso hace que la gente se ponga triste, porque empieza a valorar a partir del criterio social". Uno se pregunta, entonces, cuál será el criterio o qué entendemos por “éxito”. Para De Hinojosa una cosa es el éxito y otra el exitismo. Define el “exitismo” como “que yo puedo tener un excelente carro pero en otras áreas de mi vida estoy mal” mientras que “un éxito es cuando todas las áreas de tu vida están equilibradas”. ¿No será que ese remanso de paz de la Navidad o ese calor del hogar del que hablábamos hay que trabajárselo desde el equilibrio en la vida y que la Navidad hay que merecerla y buscarla o hay que ponerla en valor, no viene por sí sola?.

Sigue comentando el doctor de Hinojosa: la tristeza viene por crearse falsas expectativas y esto es,

un problema serio en esta sociedad, porque en los países occidentales primero hay que tener y luego ser, mientras en las naciones orientales primero hay que ser y luego tener.

 Dr. Blas Sergio de Hinojosa

Le da nuestro psicólogo de Jalisco más importancia, por lo tanto, al SER que al TENER; se inclina a que el hombre o la mujer "primero sea y luego tenga” ¿Pero qué es SER? Ser, sigue dictaminando,

es fomentar valores, fomentar la relación humana y sobre todo fomentar la comunicación en la familia, no necesitas tener grandes fiestas o grandes lujos para poder sentir estas fechas navideñas.

 Dr. Blas Sergio de Hinojosa

En definitiva, ser es volver al calor del hogar, del fogar o del fuego del amor en la casa, en la familia.

Se hace dura la noche estando solo, y teniendo por único compañero el TENER. Y por eso, el invierno, el frío, el atardecer más temprano y las noches más largas te pueden llevar a la tristeza. La nostalgia se acrecienta en la noche, cuando todo desaparece y se desdibuja y nos quedamos con nosotros mismos, con dos manos débiles en que apoyar nuestra cabeza cansada para escuchar a nuestro corazón apesadumbrado y frío, sin calor humano. San Pablo, siempre tan riguroso y estricto en lo moral, nos advierte de este sentimiento negativo de noche:

La noche está ya avanzada y el día se acerca… Caminemos decentemente, como de día, no en comilonas y borracheras, no en lascivia y libertinaje… revestíos del Señor, Jesucristo, y no os entreguéis a la carne…

 (Rom. 13, 12.)

San Pablo nos advierte de que no abandonemos el SER a la tristeza, no nos quedemos en el TENER de lo que nos pide el cuerpo, dejando el alma sin luz, sin fuego, sin amor.

Olvidamos que en Navidad en la noche se iluminó una Luz. Que María un cuerpo humilde de un niño “lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue”, (Lc 2, 7). No TENÍAN nada, ni un lugar donde dormir, y lo ERAN todo. No tenían a nadie, sino la dulce compañía de los animales en un pesebre. De noche, sin ruido, Cristo se convierte en el fuego del hogar dentro del seno y de la casa de Dios, en la pobreza del heno, del heno que es símbolo de nuestra naturaleza frágil, llena de limitaciones. María y José tenían lo más preciado y frágil de la noche: unos animales y “unos pastores que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche” (Lc 2, 8). ¿Qué es la noche para María y José? Una llamada interior hacia el misterio, hacia donde nace la luz de Jesús. A los que TIENEN y viven en la oscuridad de lo material les faltará una luz y una llamada interior llena de valores que despiertan el descubrimiento de un misterio en el cuerpecillo de un Niño. María y José ponen en valor la pobreza, la sencillez, el no tener, el SER en su pura semilla: dar a luz donde sea… en un pesebre.

No todo es puramente material, sino misterio. Señala el Dr. De Hinojosa:

Cuando se habla de valores regularmente la gente lo asocia como algo obsoleto o anticuado, pero cuando llegamos a tener un problema de la naturaleza que sea, lo primero que hablamos es de que no tiene valores quien te hizo las cosas.

 Dr. De Hinojosa

Aquellos pastores que algo bueno hicieron a María y José y ese niño, sí que tenían unos valores: TENÍAN delante casi nada, una pequeña cosa vulgar: van a ese pesebre y se encuentran “a María, a José y al recién nacido acostado en el pesebre” (Lc 2, 16). Pero lo ERAN todo porque fueron capaces de vivirlo en su interior para contarlo: “contaron lo que habían oído decir sobre este niño” (Lc 2, 17). Quiere esto decir que la buena noticia que los ángeles le dijeron albergó en su corazón, la noticia de que “les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor” (Lc 2, 11). Y por eso para ellos la vida tiene sentido y valor en el fuego del amor.

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